lunes, 31 de enero de 2011

Me Peina el Viento los Cabellos

Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal:
abro la puerta del recuerdo
y el pensamiento se me va.

Son otras voces las que llevo,
es de otros labios mi cantar:
hasta mi gruta de recuerdos
tiene una extraña claridad!

Frutos de tierras extranjeras,
olas azules de otro mar,
amores de otros hombres, penas
que no me atrevo a recordar.

Y el viento, el viento que me peina
como una mano maternal!

Mi verdad: se pierde en la noche:
no tengo noche ni verdad!

Tendido en medio del camino
deben pisarme para andar.

Pasan por mí sus corazones
ebrios de vino y de soñar.

Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.

Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!

Pablo Neruda

* * * * * * * * * *

Porque el viento murmura ecos del ayer, arropa en el hoy e invita a volar en el mañana...

Carboncito

Un día, Jaimito entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto. Su padre lo llamó y Jaimito lo siguió, diciendo en forma irritada:

- Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo!

Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo quien continuaba diciendo:

- Imagínate que el estúpido de Pedrito me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto eso! Me gustaría que él se enfermara para que no pudiera ir más a la escuela..

El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso:

- ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver como quedó.

El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones pero como la tendedera estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa.

Cuando el padre regresó, le preguntó:

- Hijo, ¿qué tal te sientes?

- Cansado, pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa.

El padre tomó al niño de la mano y le dijo:

- Ven conmigo quiero mostrarte algo.

Lo colocó frente a un espejo que le permitió ver todo su cuerpo... ¡Qué susto! Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo:

- Hijo, cómo pudiste observar la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre quedan en nosotros mismos.

Autor Desconocido

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Bien dice Dalai Lama: Perdona para que puedas ser perdonado, recuerda que con la vara que mides, serás medido.

jueves, 27 de enero de 2011

Todas íbamos a ser Reinas

Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia y
Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido
de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.

Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años,
y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral.

De los cuatro reinos,
decíamos, indudables como el Corán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.

Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá.

Gabriela Mistral

lunes, 24 de enero de 2011

La Magia de Atreverse

Si no me apruebo a mí mismo.
¿Quién me va a aprobar?

Si no me intereso en lo que hago.
¿A quién le va a interesar?

Si no me inspira respeto mis acciones.
¿A quién han de inspirarle?

Si no me dispongo a perdonar las faltas ajenas.
¿Con qué derecho he de esperar que otros perdonen las mías?

Si no confío en mis propias decisiones.
¿Quién habrá de confiar en ellas?

Si no tengo fe, ni sueños, ni esfuerzo.
¿Por qué acusar al mundo de ser árido, frío y sin bondad?

Si consiento que la envidia, el rencor y el mal dominen mi corazón.
¿Por qué no habré de sufrir?

Si pongo hiel en las más puras emociones.
¿Por qué he de rebelarme al llevar una existencia amarga?

Si no cuido el huerto de la amistad.
¿Por qué he de sorprenderme cuando germinan las decepciones?

Si destrozo todas las avenidas que me traen afecto.
¿Por qué he de lamentar la soledad en que vivo?

Si aún no he aprendido a conjugar el verbo comprender.
¿Cómo he de conjugar el verbo amar?

Si soy capaz de engañarme a mí mismo.
¿A quién no engañaré?

Si persisto en vivir dentro del ayer.
¿Cómo no he de temerle al mañana?

Si oscilo entre el pasado y el futuro.
¿Cómo podré disfrutar el presente?

Si nunca me decido a partir.
¿Por qué entonces ansío tanto llegar?

Autor Desconocido

martes, 18 de enero de 2011

El Ángel Guardián

Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.

Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad.)

Él tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis alas vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.

Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estrujas;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.

Y aunque camine contigo apareado,
como la guinda y la guinda bermeja,
cuando su seña te pone el pecado
recoge tu alma y el cuerpo te deja.

Es verdad, no es un cuento:
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.

Gabriela Mistral

lunes, 17 de enero de 2011

Hoy Sembraré

Hoy sembraré una sonrisa para que haya más alegría.

Hoy sembraré una palabra consoladora para cosechar serenidad.

Hoy sembraré palabras y gestos de verdad para que no crezca la mentira.

Hoy sembraré serenidad de acciones para colaborar con la paz.

Hoy sembraré un gesto pacífico para que haya menos nervios y dolores en las mentes y corazones.

Hoy sembraré en mi mente una buena lectura para el gozo de mi espíritu y el beneficio de los que me rodean.

Hoy sembraré justicia en mis gestos y palabras para que reine la verdad.

Hoy sembraré un gesto de caridad para que haya más amor.

Hoy sembraré un gesto de delicadeza para que haya más bondad.

Hoy sembraré una oración para que el hombre esté más cerca de Dios.

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Si cada uno de nosotros sembramos en el día de hoy, al menos una de estas semillas, posiblemente podamos mirarnos como verdaderos Hermanos, Hijos de un mismo Dios y colaboradores de un mundo más humano.

La vida es un jardín; lo que siembres en ella, eso te devolverá.

Así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más bellas.

No tomes las tormentas como castigos. Piensa que los vientos fuertes harán que tus raíces se hagan más profundas para que tu rosal resista mejor lo que habrá de venir.

Cuando tus hojas caigan, no te lamentes; serán tu propio abono, reverdecerás y tendrás flores nuevas. Sonríe, abre tus ramas agradecidas hacia el sol y siente la suave brisa. 

Autor Desconocido

miércoles, 12 de enero de 2011

Ajedrez


I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

Jorge Luis Borges

lunes, 10 de enero de 2011

Deseos de Ser Mejor

Que el perdón limpie el rencor,
que el amor sane las heridas,
que la fe deseche la desesperanza,
que el corazón domine a la razón.

Que el silencio se haga música,
que el camino esté lleno de vida,
que las tristezas sean muy pocas,
que las mañanas sean bienvenidas.

Que los triunfos no nos vuelvan altivos,
que podamos tener siempre el alma de niños,
que honremos a quienes están a nuestro lado,
que respetemos los diferentes criterios.

Que la bondad se anteponga ante la indiferencia,
que la solidaridad no se limite a palabras,
que la justicia empiece por nuestro hogar,
que seamos buenos maestros en el arte de dar.

Marielena Rondinel

jueves, 6 de enero de 2011

Secretos

Tus secretos
duermen sueños de azúcar
en los rincones de tu alma.

Cuando despiertan
tu sonrisa se endulza
y brilla tu mirada.

Ellos
agitan tu imaginación,
te ilusionan,
te acompañan.


los cuidas
y te echas a volar con sus alas.

Autor Desconocido