miércoles, 28 de diciembre de 2011

No Culpes a Nadie

Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente tú has hecho
lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti
mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu
suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de
tus actos y prueba que tú siempre
has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni
se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno
es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente
es tu pasado así como la causa de tu
futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones, de quien
vivirá a pesar de todo, piensa menos en
tus problemas y más en tu trabajo y tus
problemas sin eliminarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser
más grande que el más grande de los
obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias porque tu
mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas
y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida,
ahora despiértate, lucha, camina, decídete
y triunfarás en la vida; nunca pienses en
la suerte, porque la suerte es:
el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda

viernes, 23 de diciembre de 2011

Lo Esencial es Invisible a los Ojos

He aquí mi secreto. Es muy simple: No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse.

-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.

-El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito, a fin de acordarse.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

-Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse.

Antoine de Saint-Exupéry


domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo XXI. Domesticar

Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz – bajo el manzano...

- Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- Qué significa "domesticar"?

- No eres de aquí, – dijo el zorro – qué buscas?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – ¿Qué significa "domesticar"?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos"

- ¿Crear lazos?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- ¿En otro planeta?

- Sí.

- ¿Hay cazadores en aquel planeta?

- No.

- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá lejos, los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Y eso es triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... ¡domestícame! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame!

- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- ¿Qué es un rito? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. ¡Entonces el jueves es un día maravilloso! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- ¡Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Pero vas a llorar! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Entonces no ganas nada!

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto...

Antoine de Saint-Exupéry

sábado, 17 de diciembre de 2011

Hoy Quiero Regalarte

UN BORRADOR Para borrar todas las fallas o faltas que hemos cometido. 

UN ESPEJITO Para mirarnos antes de criticar. 

UN GANCHITO Para mantenernos unidos al éxito. 

UN GRANITO DE MAIZ Para recordar que nacimos para brillar, y ser guía para los demás.

UN IMÁN Para que se te pegue todo lo bueno de los que están a tu alrededor .

UNA ESTRELLA Bajo el cielo todas las estrellas están encendidascon la finalidad de que cada quien encuentre la suya. Dejémonos guiar siempre por la luz del Espíritu Santo.

UN PEDACITO DE TELA Para que te abrigues en los momentos difíciles, y sepas que no estás sólo.

DIOS TE ACOMPAÑA HILO ENREDADO Para no olvidar que todo problema tiene solución. 

UN LÁPIZ Para escribir nuestra historia, sabiendo que cada uno, es lo que quiere ser. 

LIJA Para limar todas las asperezas con aquellas personas que hemos tenido roces en la vida. 

UN CARAMELO Para recordar que a pesar de todo la vida es dulce. 

No dejes pasar este día sin ver que en la Intimidad de tu corazón el Padre Eterno esta presente en todos nuestros actos, y nació, murió por nosotros. Que nos ama y que todo es posible cuando te dejas conducir por él.

Autor Desconocido

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La Puerta Negra

En el País de las Mil y una Noches vivía un rey cuyo Reino estaba en guerra, cuando tomaba a los prisioneros de guerra, los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles: Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala.

Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.

Ahora - continuaba el rey - miren hacia el rincón del lado izquierdo.

Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver. En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más para ver.

El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba: Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan.

Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: a la hora de tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: "viva la muerte", y decidían: -"Prefiero morir atravesado por las fechas."

Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey: Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y quedarme encerrado.

Millares optaron por lo que estaban viendo: la muerte por las flechas.

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: Sabes, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi pregunta, pero, ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?.

El rey respondió: Pues bien, ve y abre esa puerta negra.

El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.

El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad.

* * * * * * * * * * * *

Todos tenemos una puerta negra dentro de nuestra mente. Para algunos la puerta negra es el miedo a lo desconocido, para otros es una persona difícil, una situación compleja. Tal vez para otros es una frustración, ya sea miedo a relacionarse o miedo a ser rechazado, miedo a innovar o miedo a cambiar, miedo a volar más alto, miedo a caer.

Para algunos la puerta negra es la inseguridad porque la falta de preparación lo atemoriza, o una traba imaginaria que la inseguridad de la vida fabricó durante su educación o su crianza.

Pero si bien puedes perder, también puedes ganar. Si das un paso más allá del miedo, vas a encontrar un rayo de sol entrando en tu vida y la libertad ante tus pies, pues te habrás librado de esos miedos que te orillan a aceptar una 'muerte' segura en vez de conocer que es lo que eres capaz de hacer... si tan sólo te dieras esa oportunidad.

Autor Desconocido

sábado, 10 de diciembre de 2011

El Tren de la Vida

Busca tu maleta, guarda en ella sólo lo estrictamente necesario, por lo tanto lo que sobra déjalo porque sólo es peso... Ciérrala y tómala.

El viaje por la vida es comparable a un viaje en tren y leí una historia que dice más o menos así:

Un viaje muy interesante al ser bien interpretado.

Exactamente así, la vida no pasa de ser eso, un viaje en tren lleno de embarques y desembarques, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos momentos y en otras grandes tristezas.

Al nacer entramos a ese tren y nos entregamos en las manos de algunas personas que pensamos, estarán siempre en ese viaje con nosotros: nuestros padres, desgraciadamente eso no es verdad; en alguna estación ellos bajan y nos privan de su cariño, amistad y compañía irremplazables... además que personas interesantes y que pueden llegar a ser muy especiales para nosotros, abordaran el tren en algún momento.

También llegaran nuestros hermanos, amigos y maravillosos amores. Muchas personas toman ese tren, solo para pasear, otras encuentran en el viaje solamente tristezas, y otros circularan por él, listos para ayudar a quien los necesite.

Muchos al bajar dejan recuerdos eternos, algunos otros pasan por allí de tal manera que cuando desocupan sus asientos, nadie percibe sus ausencias.

Es muy común que muchos pasajeros, que nos son muy queridos se ubiquen en vagones diferentes al nuestro, por lo tanto nos vemos obligados a hacer el trayecto separados de ellos, eso no nos impide que durante el viaje atravesemos muchas veces con grandes dificultades nuestro vagón para llegar hasta el que es ocupado por nuestros seres especiales, solo que difícilmente nos podremos sentar a su lado, muchas veces puede haber alguien ocupando ese lugar.

Nada importa, el viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, despedidas.

Eso sí, jamás tiene retorno, siempre va hacia delante.

Hagamos el viaje de la mejor manera posible, tratando de relacionarnos bien con todos los pasajeros, sin hipocresías, buscando en cada uno de ellos lo mejor que tengan para ofrecer.

Recordando, siempre, que en cualquier momento del camino ellos podrán flaquear, es necesario entender esto pues, probablemente, nosotros a lo largo del camino, flaquearemos muchas veces, y seguramente habrá alguien que nos entienda como nosotros hemos entendido a nuestro prójimo.

El gran misterio, al final, es que jamás sabremos en cual parada nos bajaremos, y mucho menos nuestros compañeros y ni siquiera el que esta sentado más próximo a nosotros, justo en el asiento de al lado.

Me quedo pensando si al bajarme de ese tren sentiré nostalgia... creo que si la sentiré, al separarme de los amigos hechos durante el trayecto, será al menos doloroso.

El dejar a mis hijos continuar solos el viaje, será extremadamente triste, pero me agarraré a la esperanza de llegar, en algún momento a la estación principal, y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían en el momento de embarcar, y lo que más feliz me dejará será pensar, que yo colabore en el crecimiento de ese equipaje y en hacerlo más valioso.

Autor Desconocido

Y tú en ¿qué parte del viaje crees encontrarte? recuerda vivir la vida como si fuera la última estación que avistas, porque no sabes en que estación habrás de descender.

¡Buen viaje!

lunes, 5 de diciembre de 2011

El Renacer del Águila

Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil!

Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.

Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.

“En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae”

Rick Wallstein

viernes, 2 de diciembre de 2011

El Maestro y el Alacrán

Un maestro oriental que vió como un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua y al hacerlo, el animalito le picó. Por el dolor, la reacción del maestro fue soltarlo y el alacrán de nuevo estaba ahogándose. 

El maestro intentó sacarlo otra vez, y el alacrán nuevamente lo volvió a picar. 

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone, pero usted es terco!? ¿No comprende que cada vez que intente sacarlo del agua lo va a picar?". 

A lo que el maestro respondió: "La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía que es ayudar…". 

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

Moraleja: No cambiar nuestra naturaleza porque alguien nos hizo o nos hace daño.

Autor Desconocido

martes, 29 de noviembre de 2011

Lágrimas de Mujer

- "¿Por qué lloras mamá?"- le pregunto un niño a su madre.

- "Porque soy mujer" - le contestó ella.

- "No entiendo" - dijo el niño.

Su madre se inclinó le abrazó y le dijo: "Jamás lo entenderás mi amor".

Más tarde el niño le preguntó a su papá: "¿Porqué a veces mamá llora sin ninguna razón?"

"Todas las mujeres lloran siempre por ninguna razón" - le contestó el padre.

El pequeño creció y se convirtió en un hombre, pero seguía siempre preguntándose: "¿Por qué las mujeres lloran sin razón?"

Un día le preguntó a Dios -"Señor ¿Por qué lloran tan fácilmente las mujeres y especialmente, sin razón?"

Y Dios le dijo: "Cuando hice a la mujer tenía que crear algo especial. Hice sus hombros lo suficientemente fuertes, como para cargar el peso del mundo entero, pero a la vez lo suficientemente suaves como para confortarlo. Le di una inmensa fuerza interior, para que pudiera soportar el dolor de dar a luz y también el rechazo, que muchas veces proviene de sus propios hijos. Le di la fortaleza que le permite seguir adelante, cuidando de su familia, sin quejarse, a pesar de las enfermedades y la fatiga. Le di sensibilidad para amar a sus hijos, bajo cualquier circunstancia. Esa misma sensibilidad, que le hace compartir cualquier tristeza, llanto, dolor, ansiedad, duda o temor de sus hijos. Le di la fuerza suficiente para que pudiera perdonar las faltas de su esposo y por si fuera poco, la moldeé de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón. Le di sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa y la determinación para mantenerse a su lado a pesar de todo. Pero para poder soportarlo todo le di las lágrimas. Son algo exclusivamente de la mujer, para usarlas cuando las necesite."

Gracias Señor por haber creado a la mujer, ahora comprendo el sentir de mi madre, de mi hermana y de mi esposa, respondió el hombre.

Autor Desconocido

domingo, 27 de noviembre de 2011

Silencio

En el silencio de tu alma se esconden los más bellos secretos de tu corazón.

El silencio no es la ausencia de sonidos, es un estado tranquilo en el que puedes oír lo que se mueve en tu interior con mayor claridad

En silencio se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz de pronunciar.

En el trabajo callado y tranquilo los dones de las personas se hacen visibles.

La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven… el silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un ser humano.

Ábreme el cofre sagrado de tu silencio, comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras y desde donde te alegras… sin palabras.

Entraré de puntillas, sin hacer ruido, para no romper la hermosura que me ofreces a través de tu silencio...

El silencio es el mayor grado de comunicación.

Autor Desconocido

* * * * * * * * * * * * *

Silencio, es lo que estoy disfrutando justo ahora, el silencio. No hay nada más placentero que escuchar el canto callado acompañado de esa melodía susurrante que nos ofrece el silencio, porque es ahí donde escuchamos nuestra alma hablar.

Silencios, hay de tantos tipos. Me quedaré con este silencio, el enriquecedor, el tranquilizador, el edificador, el sanador, el de comunión, el de crecimiento, el espiritual.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Táctica y Estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como eres
quererte como eres.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en ti.

Mi táctica es
ser franca
y saber que eres franco
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es,
en cambio,
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Mario Benedetti

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Conjugaciones (fragmento)

De vez en cuando es bueno
ser consciente
de que hoy
de que ahora
estamos fabricando
las nostalgias
que descongelarán
algún futuro.

Mario Benedetti

* * * * * * * * * *

Es bueno recordar lo que el olvido pretende borrar, porque así aprendemos de nuestras caidas lo que nos ayuda a no cometer los mismos errores, nos emocionamos lo que nos ayuda a valorar más nuestro entorno, sonreimos lo que nos lleva a compartir muy buenas historias... y tú ¿qué crees que te aportan tus recuerdos?

Fortuna

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero al que le dijo: “Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tú me hicieras el favor”. A lo que el zapatero le respondió: “Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar”. Dios le dijo: “Yo puedo darte todo aquello que tú necesites". "Tú podrías darme un millón de dólares para que yo fuera feliz?". "Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas". A lo que el zapatero le respondió: "Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar sólo”. "Puedo darte,- continuaba el Señor-, cien millones de dólares a cambio de tus brazos". El zapatero, inquieto le dijo: "Qué puedo hacer yo con cien millones de dólares si no voy a poder comer solo?”. El Señor le hizo la última tentativa al zapatero: "Te voy a dar mil millones de dólares a cambio de tus ojos". El zapatero, asustado ante el mendigo le respondió: “Qué hago yo con mil millones de dólares si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos". El señor le dijo: “Ah!, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta!"

Autor Desconocido

viernes, 18 de noviembre de 2011

Un Pequeño Milagro


"...Un día a las 10 de la noche me trajeron una paciente. Tenía menos de 30 años, piel blanca y largo cabello lacio. Era su segundo embarazo y lloraba en voz baja. Había llegado a la sala de urgencias porque hacía varios días que no sentía las patadas de su bebé. Tenía flujo vaginal marrón y fétido, y los médicos no podían oír el corazón del bebé con un ultrasonido Doppler. Le habían dicho que su bebé había muerto.

Yo debía encargarme del parto. Me preguntaba por qué no le habían hecho una césarea a la pobre mujer para aliviar su sufrimiento, pero supuse que no había quirófanos disponibles. La internista de obstetricia me dijo que sería un "procedimiento sencillo" porque el bebé estaba muerto y, además, no era el primer parto de la madre. Según la doctora, podría sacar al bebé en menos de 30 minutos.

Por primera vez esa noche, me quedé en silencio. ¿Cómo convencer a la mujer de que pujara si iba a traer al mundo un bebé sin vida?.

Después de casi una hora, la internista regresó y me preguntó por qué tardaba tanto. Le dije que la madre no pujaba lo suficiente. Decidí hacerle una episiotomía para acelerar el proceso.

Rápidamente realicé la incisión y sentí en seguida al bebé en mis manos. Era un hermoso niño, que pesaba alrededor de 6 libras y 9 onzas. Como se acostumbra, coloqué al bebé en una sábana estéril sobre el abdomen de la madre. Miró a su bebé y, después, volteó la cara. Todo el tiempo me mantuve en silencio; simplemente no existen palabras que decir a una mujer que acaba de dar a luz a un bebé muerto.

Mientras cosía la herida, escuché una tos débil. Miré al bebé, que seguía sobre el abdomen de su madre. Y entonces oí el sonido más fuerte y hermoso que he escuchado. ¡El bebé gritaba a todo pulmón! Yo repetía una y otra vez: "¡Tu bebé está vivo!" El suave llanto de la madre se convirtió en incontenibles lágrimas de felicidad. "Doctora, gracias por dar la vida a mi bebé", me dijo una y otra vez.

Nada se compara con ese momento mágico en que experimenté el maravilloso milagro del nacimiento y aprendí que los médicos no son dioses. Parecía imposible que el bebé estuviera vivo. Fue entonces que me di cuenta de que no me molestaba que un paciente probara mi equivocación al estar vivo cuando yo lo creía muerto.

Nunca me enteré de que pasó con aquella mujer y su bebé después de que fueron dados de alta, pero no los olvidaré jamás. Me hicieron creer que los milagros existen."

Fay Catherine Gloria

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Teoría de Conjuntos

Cada cuerpo tiene
su armonía y
su desarmonía.
En algunos casos
la suma de armonías
puede ser casi
empalagosa
En otros
el conjunto
de desarmonías
produce algo mejor
que la belleza.

Mario Benedetti

El Lobo que Alimentes


Un viejo Cacique les decía a unos niños:

"¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mi!... ¡Es entre dos Lobos!... Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, egolatría, competencia, superioridad. El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y fe. Esta misma pelea, está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra".

Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le pregunto al Cacique: "¿Y cuál de los lobos crees que ganará?"

El viejo Cacique respondió, simplemente: "El que alimentes...".

Autor Desconocido

martes, 8 de noviembre de 2011

Pedro y el Hilo Mágico

Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. ¿Cual? 

Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera.

Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana. Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda. Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado. Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro. 

La anciana le dijo: "Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días" Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. "¿Podría quedarme la pelota?", preguntó. La anciana se la entregó. 

Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado. 

De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios. 

Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino. 

Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente. Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana que muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. "¿Has disfrutado de mi regalo?", preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: "Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla. Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro.

Me he perdido el don de la vida. "Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo", dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: "Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida". Dicho esto se quedó otra vez dormido. 

"Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez. Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tala como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora. 

Robin Sharma en El monje que vendió su Ferrari


* * * * * * * * 

Por desgracia, la historia de Pedro y el hilo mágico no es más que eso, un cuento. En el mundo real nunca tenemos una segunda oportunidad de vivir la vida con plenitud. Hoy es tu oportunidad de despertar a ese regalo que es la vida...antes de que sea tarde. El tiempo se escurre entre los dedos como los granos de arena. Que este nuevo día sea el inicio de tu vida, el día en que tomas la decisión de concentrarte en lo más importante para ti. Toma la decisión de invertir más tiempo con quienes dan sentido a tu vida. Deléitate en el poder de esos momentos especiales. Haz las cosas que siempre has querido hacer. Deja de posponer tu felicidad a expensas de la realización. ¿Por que no disfrutar del proceso? Empieza a atender a tu alma.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Elefantito

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante, que, como mas tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.

¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenia cinco o seis años, yo todavía confiaba el la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.

Imagine que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.

Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.

Jorge Bucay en Déjame que te cuente

* * * * * * * * * *

Pensaba que cada uno de nosotros somos un poco como ese elefantito porque vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos pensando que "no podemos" hacer un montón de cosas simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefantito, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: NO PUEDO, NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.

Muchos de nosotros crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar ni cuestionar.

Esto es lo que nos pasa, vivimos condicionados por el recuerdo de una persona que ya no existe en nosotros y que no pudo.

La única manera de saber si PODEMOS es intentarlo nuevamente poniendo en ello TODO NUESTRO CORAZON!.

lunes, 31 de octubre de 2011

Brindis

Seguir siguiendo al corazón 
y coquetear con la intuición
seguir creciendo y esquivando las rutinas
seguir soñando en un rincón
seguir creyendo que hay un Dios,
que me endereza de un tiron la puntería, 
es que siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy.

Tantos desiertos que crucé, 
tantos atajos esquivé
tantas batallas que pintaron mis heridas
tantos incendios provoqué, 
tantos fracasos me probé
que no me explico como canto todavía
y es que siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy.

Por esos dias por venir, por este brindis para mí
por regalarle la intuicion al alma mía
porque los dias se nos van, quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida.

Tantos festejos resigné, tantos amigos extrañé
tantos domingos muy lejos de mi familia,
tantas almohadas conoci, tantas canciones me aprendí
que los recuerdos me parecen de otras vidas.
Siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy

Tantas palizas esquivé 
tantas traiciones me compré
tantos enojos me hicieron mostrar los dientes
con mil abrazos me cuidé,
con mil amores me curé
juntando heridas sigo creyendo en la gente
Siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero pero hoy no.

Por esos dias por venir, por este brindis para mí
por regalarle la intuicion al alma mía
porque los dias se nos van, quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida

Y en esas noches de luna
donde los recuerdos son un puñal
me abrazo a mi guitarra 
y canto fuerte mis plegarias
y algo pasa pero ya nada me hace llorar
yo me abrazo a mi guitarra 
y canto fuerte mis plegarias
y algo pasa pero ya nada me va a cambiar.

Por esos dias por venir
por este brindis para mi
por regalarle la intuición al alma mía
porque los días se nos van 
quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida.

Soledad Pastorutti

viernes, 21 de octubre de 2011

Desaprender la Guerra

Desaprender la guerra, realimentar la risa, deshilachar los miedos, curarse las heridas.

Difuminar fronteras, rehuir de la codicia, anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio, desestimar la ira, rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias.

Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira, pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas, indemnizar al alma, sumarse a la alegría.

Humanizar los credos, purificar la brisa, adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio, desestimar la ira, rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias. 

Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira, pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Desaprender la guerra, curarse las heridas. 

Desaprender la guerra, negarse a las consignas. 

Desaprender la guerra, rodearse de caricias. 

Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia. 

Desaprender la guerra, sumarse a la alegría. 

Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

Luis Guitarra

martes, 18 de octubre de 2011

El Príncipe y el Diamante

Un príncipe poseía un magnífico diamante, del que estaba muy orgulloso.

Un día, en un accidente, la piedra preciosa quedó totalmente rayada. Este hecho entristeció al príncipe, y decidió poner todo su empeño en conseguir que el diamante volviera a ser lo que había sido.

Para ello, convocó a los más hábiles especialistas con el fin de que la joya recuperase su estado original.

Pero, a pesar de todos los esfuerzos no pudieron borrar ni tapar la raya.Apareció entonces un genial lapidario. Con arte y paciencia talló en el diamante una magnífica rosa y fue lo suficientemente hábil para hacer del arañazo el tallo mismo de la rosa... de tal manera que la piedra preciosa apareció, después, mucho más bella que antes.

Autor Desconocido

* * * * * *

Mi pregunta es: ¿cuántas veces hemos querido hacer desaparecer algún "arañazo" y no optamos por hacer de este "arañazo" una hermosa obra de arte... con ingenio y habilidad?

viernes, 14 de octubre de 2011

La Niña del Parque

Había una vez una niñita sentada en un parque, todos pasaban por ahí y nadie se detenía para saber que le ocurría. Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña estaba sentada mirando a todo el mundo pasar.

Ella nunca trato de hablar no dijo una palabra. Muchas personas pasaron junto a ella, pero nadie se detuvo. Al día siguiente, yo decidí volver al parque a ver si la niña todavía estaba ahí en el mismo lugar en el que estaba ayer....Con la misma mirada de tristeza en sus ojos. Me dirigí hacia ella; al acercarme note que en su espalda había una joroba. Ella me miro con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije; ''Hola''. La pequeña me miro sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo. Hablamos hasta que los últimos rayos del sol desaparecieron. Cuando solo quedábamos nosotros dos y la oscuridad alrededor, le pregunte porque estaba tan triste. La pequeña me miro y con lagrimas en sus ojos me dijo; ''Porque soy diferente''. Yo respondí con una sonrisa: ''Lo eres''. Y ella dijo aun más triste: ''Lo sé''. Yo le dije: ''Pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a un ángel, dulce e inocente''. Ella me miro, sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría. Despacio ella se levanto y dijo: ''Es cierto lo que acabas de decir?'' ''Si'', respondí, "Eres como un pequeño ángel guardián enviado para proteger a todos los que pasan por aquí'' .Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió. Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de allí. Ella me miro sonriente y dijo; ''yo soy tu ángel guardián''. No sabía que decir. Ella me dijo; "Por primera pensaste en alguien más. Mi misión está cumplida.'' Yo me levante y le pregunte porque nadie la había ayudado. Ella me miro y sonriendo dijo: ''Tú eras la única persona que podía verme.'' Y ante mis ojos desapareció.

Después de ese encuentro mi vida cambio drásticamente. Cuando pienses que solo te tienes a ti mismo, recuerda que tu ángel guardián esta siempre pendiente de ti.

Autor Desconocido

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Cuando pienses que sólo te tienes a ti mismo, recuerda que tu ángel guardián está siempre pendiente de ti. Pensamos que son invisibles, que sólo los podemos sentir como se siente la brisa o los aromas o los sabores, pero, a veces se materializan para que les veamos, pueden ser personas o pueden ser animalitos. ¿Por qué siempre los tenemos que pensar como seres humanos?, si a veces en los ojos de un animal, en las alas de un bichito, en los colores de las aves, incluso en el gris de un gorrión se puede esconder ese ángel guardián, sin que sepamos quién es, pero ahí está cumpliendo su misión de cuidarnos, de enseñarnos, de hacernos más humanos y así acercarnos más a lo que Dios quiere y espera de nosotros.

Yo creo en los ángeles, en su poder y su protección. ¿Amigos invisibles en la niñez? todos han tenido ese "amigo invisible", ¿quién es capaz de negar o de refutar que los niños juegan con alguien al que sólo y tan sólo ellos ven? y ¿por qué luego nos olvidamos de ellos? ¿crecemos? ¿maduramos? o ¿dejamos de creer? 

Yo creo que son nuestros ángeles, los que no siguen cuidando aunque los olvidemos, aunque crezcamos, aunque maduremos, aunque dejemos de creer, pues ellos nunca dejan de creer en nosotros, ¿qué extraño no?, pero gracias a Dios es así. De lo contrario hay muchas cosas que te pasarían y que no ocurren porque ellos son los que lo impiden, son los que se adelantan a los hechos y caminan delante de ti cuidando tu pecho o tras tuyo cuidando tu espalda. Acaso nunca te has puesto a pensar: "huy! menos mal que...." y a esos puntos suspensivos les puedes agregar lo que quieras, pero pensando bien ¿Te salvaste o te salvaron?.

Así que la próxima vez que veas a una persona, a un animal, ave, bichito o incluso una flor piensa: "puede ser mi ángel que quiere enseñarme algo, mostrarme algo, maravillarme con algo o cuidarme de algo"

También me puse a pensar el por qué, a veces, ellos permiten que nos pase algo o incluso permiten que nuestra vida termine, eso no lo pienso discutir porque hay un Dios que sabe muy bien porque permite que ocurran ciertas cosas y a Él no soy capaz, ni tengo el derecho de cuestionar sus decisiones. Sólo pongo toda mi fe en que si lo permitió es con un propósito que con mi limitada mente no soy capaz de comprender.

jueves, 13 de octubre de 2011

La Cajita de Cristal

En nuestro pueblo vivía una maravillosa y pequeña muchacha. Era tan delicada que su preocupada madre la encerró en una caja de cristal. Esta caja debía proteger a la niña del viento y de la lluvia, de la enfermedad y de todo peligro. Ni el menor polvillo podía tocar su blanco vestido, ninguna palabrota ofender su oído. La buena madre quería proteger a su hijita de toda la maldad del mundo.

La caja de cristal estaba montada sobre cuatro ruedas, y de esta manera se podía sacar también al jardín. En éste la niña podía contemplar, a través de los cristales de su casita, las flores; alegrarse cuando los pájaros cantaban y los niños brincaban alegremente. Ella, en cambio, estaba sentada inmóvil en su sillita; estaba delicada, y de día en día se volvía más pálida.

La madre no perdía de vista ni por un momento la caja de cristal. Pero un día tuvo que alejarse de la casa por un par de horas. Entonces penetró por los cristales un pequeño duende y le dijo solamente: -¡Jujui!

Como un latigazo sobre un caballo, este grito hizo estremecerse a la niña encerrada en la caja de cristal. Sus ojos se movieron a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo, y lo que vieron a su alrededor era alegría y vida.

Afuera reinaba el otoño, y el viento celebraba una fiesta. El viento invitó a ésta a cien mil huéspedes: a todas las hojas pardas, rojas y amarillas de los árboles. -¡Vengan! -les gritó-. ¡Vamos a bailar!

Las hojas saltaron de las ramas y danzaron. Danzaban solas y en parejas, y danzaban también en grandes corros. Vinieron los niños de la calle y danzaron también alegres con ellas.

Entonces la pequeña niña olvidó que estaba tan delicada que ningún viento ni lluvia ni polvo podían tocarla, ni podía oír ninguna palabrota. Sin poder contenerse, gritó: -¡Espérenme, voy también con ustedes!

Pero las puertas de la casita de cristal estaban cerradas. Fue inútil que las sacudiera y tirara de ellas. -¡Ábranme! -rogó la niña.

Al oír sus gritos, todos los niños cesaron de danzar y rodearon la pequeña casita de cristal; pero nadie la supo abrir pese a sus esfuerzos.

Entonces vino el viento. Sacudió e hizo estremecer toda la casita de vidrio. Y, finalmente, hizo sencillamente: ¡Plaf!, golpeando con sus fuertes puños contra los cristales. ¡Oh, cuán alegre sonó! La casita de cristal quedó rota, y la pequeña prisionera salió de un brinco de su interior.

¡Qué maravilloso era el aire allí afuera! ¡Y cuán grande y amplio era el mundo! Allí se podía danzar. Las hojas danzaban, los niños danzaban. Los delantales y las faldas y las cabelleras danzaban, y, más alegre que ninguno, danzaba también el corazón de la niña. El viento silbaba una cancioncilla, y los niños gritaban jubilosos de alegría.

De repente apareció la madre. Al ver a la niña fuera de la casita, juntando las manos derramó grandes lágrimas. Temía que ahora se enfermara la delicada niña... y moriría. Pero la niña no se puso enferma ni tuvo tampoco que morir. Sus mejillas se colorearon, brillaron más claros sus ojos, y toda ella floreció y se hizo cada día más bella.

-¡Jujui! -rió el duendecillo, mientras la madre recogía los pedacitos de cristal. Luego saltó a horcajadas sobre el viento, y éste se lo llevó consigo. Adónde? Esto no lo he sabido nunca, pues en su gran prisa se le olvidó contármelo."

Autor Desconocido

miércoles, 12 de octubre de 2011

La Carreta Vacía

Caminaba despacio con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó: "Además del canto de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?". Agucé el oído y le respondí: "Oigo el ruido de una carreta". "Eso es —dijo mi padre—, una carreta, pero una carreta vacía". Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la hemos visto?". 

Entonces mi padre respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". 

Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación, siendo inoportuna o arrogante, presumiendo de lo que tiene o de lo que es, mostrándose prepotente o menospreciando a los demás, tengo la impresión de oír de nuevo la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace callar a nuestras virtudes y permite a los demás descubrirlas, y nadie está mas vacío que quien está lleno de sí mismo.

Autor Desconocido

domingo, 9 de octubre de 2011

Tren del Cielo

Viajo por las nubes
voy llevando mi canción
vuelo por los cielos
con las alas de mi corazón
Déjame que llegue
que me esta llamando el sol
vuelan los que pueden volar con la imaginación

Voy, voy llegando al sol
ven, que nos lleva el viento
ahora voy, llevo mi emoción
Voy, por el tren del cielo

Voy por la montaña
hasta que me abrace el mar
por la Pachamama
que nos da la libertad
voy por los caminos
que nos llevan a la verdad
la senda del indio
para toda la humanidad

Voy, voy llegando al sol
ven, que nos lleva el viento
ahora voy, llevo mi emoción
Voy, por el tren del cielo.

Soledad Pastorutti

viernes, 7 de octubre de 2011

Mis Ángeles

Aunque nunca lo dije quiero decirlo ahora.
- hay palabras que rompen el agua del encanto -
yo tengo al lado mio, cerca de mí, en mí mismo
ángeles que vigilan mis sueños extasiados
miran mi pensamiento más lejano lo mismo
que el pedrusco en el agua serena del remanso.
En mis palabras se les siente el vuelo
y, otras veces, las alas en mis manos.
Si no fuera por ellos es sabido
que yo no habría regresado
a compartir tu vuelo y a suavizar tu garra
hermana mariposa, lobo hermano
¿En donde canta ahora tu alegría,
compañera? Hoy están mis ángeles llorando.

Juan Guzmán Cruchaga

jueves, 6 de octubre de 2011

Inmortalidad del Cangrejo

El más profundo problema:
el de la inmortalidad
del cangrejo, que tiene alma,
una almita de verdad.

Que si el cangrejo se muere
todo en su totalidad
con él nos morimos todos
por toda la eternidad.

Miguel de Unamuno

domingo, 2 de octubre de 2011

Estaciones

Calle arriba, camine tranquilo
al encuentro de un invierno frío
que deje pasar.

Al doblar la esquina y en la acera,
di de bruces con la primavera,
no la vi llegar.

Un verano sin excusa
en otoño me olvido la musa
me dejó marchar.

Me dormí en las estaciones
y ahora el tren parado por vacaciones
no quiere arrancar.

El silbato es la esperanza nueva
y por fin los campos ahí afuera,
van quedando atrás.

Ya se acerca la estación nevada
bajo y cumplo años de pasada
y una estrella mas.

Se dibujan los colores,
vivos en la magia de las flores
en la luz vital.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por esto vivo el día,
día simple, día claro,
vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me han enseñado
que con hoy es suficiente.

Calle arriba, camine tranquilo
al encuentro de un soñado estío
que hubo que pasar.

Al doblar la esquina en la primera
el otoño me enseño quien era
me invito a pensar.

Se dibujan los colores,
vivos en la magia de las flores
en la luz vital.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por eso vivo el día
día simple día claro
vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente
y mañana es demasiado.

Y por esto vivo el día
día simple, día claro.
Vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente
y mañana es demasiado.

Antonio Vega

domingo, 25 de septiembre de 2011

Margarita

Margarita, está linda la mar, 
y el viento
lleva esencia sutil de azahar; 
yo siento
en el alma una alondra cantar: 
tu acento.
Margarita, te voy a contar 
un cuento....

Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita, Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?"

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
"Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad".

Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar".

Y dice ella: "No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté".

Y el papá dice enojado:
"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver".

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí". 

Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento. 

Ruben Darío

viernes, 23 de septiembre de 2011

You will be my dream come true

Always in my heart
you make me feel more loved
than I've ever felt
and happier than I've ever dreamed.
The love and understanding you have
is something I have searched for
my entire life.

Always in my happiest
and saddest moments,
you are my best friend and confidante.
I come to you for everything,
and you listen to me without judgment.
Always, deep within my soul,
I know we have a love like no other.

What we share is something others
only hope for and dream of,
but few ever experience.
Our love is magical beyond belief.
Always, without hesitation,
you give of yourself completely.

You have reached the very depths of my soul,
bringing out emotions I never knew I had
and unveiling an ability to love
I never thought possible.

Always and forever
you will be my dream come true,
the one I have waited for all these years.
From now until the end of time,
I will love only you.
We will be together always.

Cheryl Ann

martes, 20 de septiembre de 2011

Melancolía

Al lado del pozo había un viejo muro de piedra en ruinas. Cuando volví de mi trabajo al día siguiente por la tarde, vi de lejos a mi principito sentado allá arriba, con las piernas colgando. Y oí que hablaba:

- ¿Entonces no te acuerdas? – decía – ¡No es exactamente acá!

Indudablemente le respondió otra voz, ya que replicó:

- ¡Sí! ¡Sí! efectivamente es el día, pero no es éste el lugar...

Continué caminando hacia el muro. Seguía sin ver ni oír a nadie. Sin embargo el principito replicó de nuevo:

- ... Desde luego. Verás dónde comienza mi huella en la arena. No tienes más que esperarme. Estaré allí esta noche.

Estaba a veinte metros del muro y seguía sin ver nada.

El principito siguió diciendo, después de un silencio:

- ¿Tienes buen veneno? ¿Estás segura de no hacerme sufrir mucho tiempo?

Me detuve con el corazón en un puño, pero seguía sin comprender.

- Ahora vete... – dijo – ¡me quiero bajar!

Entonces yo también bajé la mirada hacia el pie del muro, y pegué un salto! Había allí, erguida hacia el principito, una de esas serpientes amarillas que lo ejecutan a uno en treinta segundos. Mientras hurgaba en el bolsillo para sacar mi revólver comencé a correr, pero con el ruido que hice la serpiente se dejó deslizar suavemente por la arena, como un chorro de agua que se extingue, y sin apurarse demasiado se escabulló entre las piedras con un leve sonido metálico.

Llegué al muro justo a tiempo para recibir en los brazos a mi pequeño príncipe, pálido como la nieve.

- ¡Qué historia es ésta! ¡Ahora hablas con las serpientes!

Le había aflojado su eterna bufanda dorada. Le había mojado las sienes y le había dado de beber. Y ahora no me atrevía a preguntarle más nada. Él me miró seriamente y me rodeó el cuello con sus brazos. Sentía latir su corazón como el de un ave que muere por un disparo de carabina. Me dijo:

- Me alegra que hayas encontrado lo que fallaba en tu máquina. Vas a poder regresar a tu casa...

- ¡Cómo lo sabes!

Venía justamente a anunciarle que, contra toda esperanza, había logrado terminar mi trabajo!

No respondió a mi pregunta pero agregó:

- Hoy yo también regreso a mi casa.

Luego, melancólico:

- Es mucho más lejos... es mucho más difícil...

Yo sentía que estaba sucediendo algo extraordinario. Lo apreté entre mis brazos como un niño, y sin embargo me parecía que se deslizaba verticalmente hacia un abismo sin que pudiera hacer nada para retenerlo...

Tenía la mirada adusta, perdida muy lejos:

- Tengo tu cordero. Y tengo la caja para el cordero. Y tengo el bozal...

Y sonrió con melancolía.

Esperé largo rato. Sentía que se reanimaba poco a poco:

- Hombrecito, has tenido miedo...

Había tenido miedo, ¡sin duda! Pero rió dulcemente:

- Tendré mucho más miedo esta noche...

Nuevamente me sentí helado por el sentimiento de lo irreparable. Y comprendí que no soportaba la idea de no oír nunca más esa risa, que era para mí como una fuente en el desierto.

- Hombrecito, quiero seguir escuchando tu risa...

Pero él me dijo:

- Esta noche se cumplirá un año. Mi estrella se encontrará justo encima del lugar donde caí el año pasado...

- Hombrecito, dime que esa historia de serpiente y de cita y de estrella es un mal sueño...

Pero no me respondió. Me dijo:

- Lo que es importante, no se puede ver...

- Desde luego...

- Es como con la flor. Si amas a una flor que está en una estrella, es placentero mirar el cielo por la noche. Todas las estrellas están floridas.

- Desde luego...

- Es como con el agua. La que me diste a beber era como una música, a causa de la polea y de la cuerda... recuerdas... era deliciosa.

- Desde luego...

- Por la noche mirarás las estrellas. La mía es demasiado pequeña para que te muestre dónde se encuentra. Es mejor así. Mi estrella será para ti una de las tantas estrellas. Entonces, te gustará mirar a todas las estrellas. Todas serán tus amigas. Y además voy a hacerte un regalo...

Volvió a reír.

- ¡Ah! hombrecito, hombrecito, me gusta escuchar esa risa!

- Justamente ése será mi regalo... será como con el agua...

- ¿Qué quieres decir ?

- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para quienes viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que pequeñas luces. Para otros que son sabios, ellas son problemas. Para mi hombre de negocios significaban oro. Pero todas esas estrellas son mudas. Tú tendrás estrellas como no tiene nadie...

- ¿Qué quieres decir ?

- Cuando mires el cielo por la noche, dado que yo estaré en una de ellas, dado que yo reiré en una de ellas, entonces será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú tendrás estrellas que saben reír!

Y volvió a reír.

- Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás ganas de reír conmigo. Y abrirás de vez en cuando tu ventana, así, por placer... Y tus amigos se sorprenderán de verte reír al mirar el cielo. Entonces les dirás: "¡Sí, las estrellas siempre me hacen reír!" Y ellos te creerán loco. Te habré jugado una muy mala pasada...

Y volvió a reír.

- Será como si te hubiese dado, en vez de estrellas, montones de pequeños cascabeles que saben reír...
Y volvió a reír. Después volvió a ponerse serio:

- Esta noche... sabes... mejor no vengas.

- No te abandonaré.

- Podrá parecer que sufro... podrá parecer que me muero. Es eso. No lo vengas a ver, no vale la pena.

- No te abandonaré

Pero se lo notaba preocupado.

- Te lo digo... es también por la serpiente, que no debe morderte... Las serpientes son malas, pueden morder por placer.

- No te abandonaré.

Pero algo lo tranquilizó:

- Es cierto que no tienen más veneno para la segunda picadura...

Aquella noche no lo vi marcharse. Se había escapado silenciosamente. Cuando logré alcanzarlo caminaba decidido, con paso rápido. Sólo me dijo:

- ¡Ah! estás aquí...

Y me tomó de la mano. Pero siguió mortificándose:

- Has hecho mal; vas a sufrir. Parecerá que me muero y no será cierto...

Yo no decía nada.

- Tú comprendes. Es demasiado lejos. No puedo llevarme este cuerpo, es demasiado pesado.

Yo no decía nada.

- Pero será como una vieja cáscara abandonada. No tienen nada de triste las cáscaras abandonadas...

Yo no decía nada.

Se desanimó un poco. Pero hizo aún un esfuerzo:

- Será simpático, sabes. Yo también miraré las estrellas. Todas las estrellas serán pozos con una polea oxidada. Todas las estrellas me darán de beber...

Yo no decía nada.

- Será tan divertido! Tú tendrás quinientos millones de cascabeles, yo tendré quinientos millones de fuentes...

Y se calló también, porque estaba llorando...

- Es ahí. Déjame que dé un paso yo solo.

Y se sentó porque tenía miedo.

Agregó:

- Tú sabes... mi flor... soy responsable de ella! Y es tan débil! Y es tan ingenua. Tiene cuatro espinas insignificantes para protegerse del mundo...

Yo me senté porque ya no podía mantenerme parado. Dijo:

- Bueno... es todo...

Vaciló todavía un poco, luego se levantó. Dio un paso. Yo no podía moverme.

No hubo más que un relámpago amarillo cerca de su tobillo. Permaneció un instante inmóvil. No gritó. Cayó suavemente como cae un árbol. Ni siquiera hizo ruido, a causa de la arena.

Antoine de Saint-Exupéry

viernes, 16 de septiembre de 2011

Misterios

Era ya el octavo día en medio del desierto, y había escuchado la historia del mercader, mientras bebía la última gota de agua que quedaba. 

- Ah! - dije al principito - Me gustan tus recuerdos pero aún no he podido reparar mi avión, ya no queda nada para beber y también me agradaría dirigirme muy lentamente hacia una fuente. 

- Mi amigo el zorro... - me dijo. 

- Mi pequeño hombrecito, ya no se trata más del zorro! 

- ¿Por qué? - preguntó algo indignado el principito. 

- Porque vamos a morir de sed... 

Sin comprender mi explicación agregó: 

- Es hermoso haber tenido un amigo, aún si vamos a morir. Soy feliz por haber tenido un amigo zorro... 

"No tiene noción del peligro - me dije - Nunca siente hambre, nunca sed... Un poco sol es suficiente para él" 

Me miró y dijo como respondiendo a mis pensamientos: 

- También tengo sed... Veamos si encontramos un pozo...

Expresé un gesto de cansancio. Nada mas ridículo que buscar un pozo al azar en medio del desierto. De todas formas, emprendimos la marcha.

Caminamos horas en silencio hasta que cayó la noche y las estrellas comenzaron a brillar. Parecía estar soñando, estaba algo afiebrado a causa de la sed. Danzaban por mi mente, palabras del principito;

 - Tú también tienes sed? - pregunté.

No me respondió. Simplemente me dijo:

- El agua también puede ser buena para el corazón...

Me resultaba ciertamente complicado comprender su respuesta, pero como sabía que era mejor no interrogarlo, me callé...

Se lo veía algo cansado. Se sentó y yo cerca de él. Luego de un silencio dijo:

- Las estrellas son bellas, por una flor que no se ve...
"Seguramente" - dije - Sin hablar miré las ondulaciones de la arena bajo la luna.

- Es muy bello el desierto - agregó.

Pensaba igual. Siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano sin ver nada, sin oír nada y sin embargo... algo resplandece en el mágico silencio.

- Lo que embellece aún más al desierto - dijo el principito - es que esconde un pozo en cualquier parte, en el sitio menos esperado...
Comprendí de pronto el misterio del resplandor de la arena. Cuando era jovencito, vivía en una casa muy antigua y contaba la leyenda que allí había un tesoro escondido. Nadie pudo descubrirlo y quizá nadie lo haya buscado. Sin embargo, encantaba toda la casa. Mi casa guardaba un secreto en el fondo de su corazón...

- Sí - dije al principito - se trate de la casa, de las estrellas o bien del desierto mismo, lo que indudablemente embellece es invisible.

- Así es como piensa mi zorro, me gusta que estés de acuerdo con él - dijo.

Tomé en mis brazos al principito que había quedado dormido, y proseguí la marcha. Sentía una gran emoción recorrer mi cuerpo. Me parecía estar cargando un frágil tesoro. Y aún más, sentía que no existía algo más frágil sobre esta Tierra. La luz que provenía de la luna iluminaba la pálida frente del hombrecito, sus ojos cerrados y los cabellos dorados movidos por el viento. Me dije: "Lo que aquí veo, es solo una corteza. Lo más importante es invisible..."

Sus labios permanecían entreabiertos esbozando una suave sonrisa. Me dije: "Lo que me emociona de este principito es su fidelidad por una flor, es la imagen de una rosa que brilla en él aún en su sueño como la llama de una lámpara...". Lo sentí aún más frágil. Es muy necesario cuidar de las lámparas ya que un golpe de viento puede apagarlas...

Y así, caminando lentamente, descubrí el pozo al amanecer.

Antoine de Saint-Exupéry