lunes, 31 de octubre de 2011

Brindis

Seguir siguiendo al corazón 
y coquetear con la intuición
seguir creciendo y esquivando las rutinas
seguir soñando en un rincón
seguir creyendo que hay un Dios,
que me endereza de un tiron la puntería, 
es que siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy.

Tantos desiertos que crucé, 
tantos atajos esquivé
tantas batallas que pintaron mis heridas
tantos incendios provoqué, 
tantos fracasos me probé
que no me explico como canto todavía
y es que siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy.

Por esos dias por venir, por este brindis para mí
por regalarle la intuicion al alma mía
porque los dias se nos van, quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida.

Tantos festejos resigné, tantos amigos extrañé
tantos domingos muy lejos de mi familia,
tantas almohadas conoci, tantas canciones me aprendí
que los recuerdos me parecen de otras vidas.
Siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero y aqui estoy

Tantas palizas esquivé 
tantas traiciones me compré
tantos enojos me hicieron mostrar los dientes
con mil abrazos me cuidé,
con mil amores me curé
juntando heridas sigo creyendo en la gente
Siempre voy detras de lo que siento
cada tanto muero pero hoy no.

Por esos dias por venir, por este brindis para mí
por regalarle la intuicion al alma mía
porque los dias se nos van, quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida

Y en esas noches de luna
donde los recuerdos son un puñal
me abrazo a mi guitarra 
y canto fuerte mis plegarias
y algo pasa pero ya nada me hace llorar
yo me abrazo a mi guitarra 
y canto fuerte mis plegarias
y algo pasa pero ya nada me va a cambiar.

Por esos dias por venir
por este brindis para mi
por regalarle la intuición al alma mía
porque los días se nos van 
quiero cantar hasta el final
por otra noche como esta doy mi vida.

Soledad Pastorutti

viernes, 21 de octubre de 2011

Desaprender la Guerra

Desaprender la guerra, realimentar la risa, deshilachar los miedos, curarse las heridas.

Difuminar fronteras, rehuir de la codicia, anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio, desestimar la ira, rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias.

Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira, pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas, indemnizar al alma, sumarse a la alegría.

Humanizar los credos, purificar la brisa, adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio, desestimar la ira, rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias. 

Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira, pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Desaprender la guerra, curarse las heridas. 

Desaprender la guerra, negarse a las consignas. 

Desaprender la guerra, rodearse de caricias. 

Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia. 

Desaprender la guerra, sumarse a la alegría. 

Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

Luis Guitarra

martes, 18 de octubre de 2011

El Príncipe y el Diamante

Un príncipe poseía un magnífico diamante, del que estaba muy orgulloso.

Un día, en un accidente, la piedra preciosa quedó totalmente rayada. Este hecho entristeció al príncipe, y decidió poner todo su empeño en conseguir que el diamante volviera a ser lo que había sido.

Para ello, convocó a los más hábiles especialistas con el fin de que la joya recuperase su estado original.

Pero, a pesar de todos los esfuerzos no pudieron borrar ni tapar la raya.Apareció entonces un genial lapidario. Con arte y paciencia talló en el diamante una magnífica rosa y fue lo suficientemente hábil para hacer del arañazo el tallo mismo de la rosa... de tal manera que la piedra preciosa apareció, después, mucho más bella que antes.

Autor Desconocido

* * * * * *

Mi pregunta es: ¿cuántas veces hemos querido hacer desaparecer algún "arañazo" y no optamos por hacer de este "arañazo" una hermosa obra de arte... con ingenio y habilidad?

viernes, 14 de octubre de 2011

La Niña del Parque

Había una vez una niñita sentada en un parque, todos pasaban por ahí y nadie se detenía para saber que le ocurría. Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña estaba sentada mirando a todo el mundo pasar.

Ella nunca trato de hablar no dijo una palabra. Muchas personas pasaron junto a ella, pero nadie se detuvo. Al día siguiente, yo decidí volver al parque a ver si la niña todavía estaba ahí en el mismo lugar en el que estaba ayer....Con la misma mirada de tristeza en sus ojos. Me dirigí hacia ella; al acercarme note que en su espalda había una joroba. Ella me miro con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije; ''Hola''. La pequeña me miro sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo. Hablamos hasta que los últimos rayos del sol desaparecieron. Cuando solo quedábamos nosotros dos y la oscuridad alrededor, le pregunte porque estaba tan triste. La pequeña me miro y con lagrimas en sus ojos me dijo; ''Porque soy diferente''. Yo respondí con una sonrisa: ''Lo eres''. Y ella dijo aun más triste: ''Lo sé''. Yo le dije: ''Pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a un ángel, dulce e inocente''. Ella me miro, sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría. Despacio ella se levanto y dijo: ''Es cierto lo que acabas de decir?'' ''Si'', respondí, "Eres como un pequeño ángel guardián enviado para proteger a todos los que pasan por aquí'' .Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió. Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de allí. Ella me miro sonriente y dijo; ''yo soy tu ángel guardián''. No sabía que decir. Ella me dijo; "Por primera pensaste en alguien más. Mi misión está cumplida.'' Yo me levante y le pregunte porque nadie la había ayudado. Ella me miro y sonriendo dijo: ''Tú eras la única persona que podía verme.'' Y ante mis ojos desapareció.

Después de ese encuentro mi vida cambio drásticamente. Cuando pienses que solo te tienes a ti mismo, recuerda que tu ángel guardián esta siempre pendiente de ti.

Autor Desconocido

* * * * * * * * *

Cuando pienses que sólo te tienes a ti mismo, recuerda que tu ángel guardián está siempre pendiente de ti. Pensamos que son invisibles, que sólo los podemos sentir como se siente la brisa o los aromas o los sabores, pero, a veces se materializan para que les veamos, pueden ser personas o pueden ser animalitos. ¿Por qué siempre los tenemos que pensar como seres humanos?, si a veces en los ojos de un animal, en las alas de un bichito, en los colores de las aves, incluso en el gris de un gorrión se puede esconder ese ángel guardián, sin que sepamos quién es, pero ahí está cumpliendo su misión de cuidarnos, de enseñarnos, de hacernos más humanos y así acercarnos más a lo que Dios quiere y espera de nosotros.

Yo creo en los ángeles, en su poder y su protección. ¿Amigos invisibles en la niñez? todos han tenido ese "amigo invisible", ¿quién es capaz de negar o de refutar que los niños juegan con alguien al que sólo y tan sólo ellos ven? y ¿por qué luego nos olvidamos de ellos? ¿crecemos? ¿maduramos? o ¿dejamos de creer? 

Yo creo que son nuestros ángeles, los que no siguen cuidando aunque los olvidemos, aunque crezcamos, aunque maduremos, aunque dejemos de creer, pues ellos nunca dejan de creer en nosotros, ¿qué extraño no?, pero gracias a Dios es así. De lo contrario hay muchas cosas que te pasarían y que no ocurren porque ellos son los que lo impiden, son los que se adelantan a los hechos y caminan delante de ti cuidando tu pecho o tras tuyo cuidando tu espalda. Acaso nunca te has puesto a pensar: "huy! menos mal que...." y a esos puntos suspensivos les puedes agregar lo que quieras, pero pensando bien ¿Te salvaste o te salvaron?.

Así que la próxima vez que veas a una persona, a un animal, ave, bichito o incluso una flor piensa: "puede ser mi ángel que quiere enseñarme algo, mostrarme algo, maravillarme con algo o cuidarme de algo"

También me puse a pensar el por qué, a veces, ellos permiten que nos pase algo o incluso permiten que nuestra vida termine, eso no lo pienso discutir porque hay un Dios que sabe muy bien porque permite que ocurran ciertas cosas y a Él no soy capaz, ni tengo el derecho de cuestionar sus decisiones. Sólo pongo toda mi fe en que si lo permitió es con un propósito que con mi limitada mente no soy capaz de comprender.

jueves, 13 de octubre de 2011

La Cajita de Cristal

En nuestro pueblo vivía una maravillosa y pequeña muchacha. Era tan delicada que su preocupada madre la encerró en una caja de cristal. Esta caja debía proteger a la niña del viento y de la lluvia, de la enfermedad y de todo peligro. Ni el menor polvillo podía tocar su blanco vestido, ninguna palabrota ofender su oído. La buena madre quería proteger a su hijita de toda la maldad del mundo.

La caja de cristal estaba montada sobre cuatro ruedas, y de esta manera se podía sacar también al jardín. En éste la niña podía contemplar, a través de los cristales de su casita, las flores; alegrarse cuando los pájaros cantaban y los niños brincaban alegremente. Ella, en cambio, estaba sentada inmóvil en su sillita; estaba delicada, y de día en día se volvía más pálida.

La madre no perdía de vista ni por un momento la caja de cristal. Pero un día tuvo que alejarse de la casa por un par de horas. Entonces penetró por los cristales un pequeño duende y le dijo solamente: -¡Jujui!

Como un latigazo sobre un caballo, este grito hizo estremecerse a la niña encerrada en la caja de cristal. Sus ojos se movieron a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo, y lo que vieron a su alrededor era alegría y vida.

Afuera reinaba el otoño, y el viento celebraba una fiesta. El viento invitó a ésta a cien mil huéspedes: a todas las hojas pardas, rojas y amarillas de los árboles. -¡Vengan! -les gritó-. ¡Vamos a bailar!

Las hojas saltaron de las ramas y danzaron. Danzaban solas y en parejas, y danzaban también en grandes corros. Vinieron los niños de la calle y danzaron también alegres con ellas.

Entonces la pequeña niña olvidó que estaba tan delicada que ningún viento ni lluvia ni polvo podían tocarla, ni podía oír ninguna palabrota. Sin poder contenerse, gritó: -¡Espérenme, voy también con ustedes!

Pero las puertas de la casita de cristal estaban cerradas. Fue inútil que las sacudiera y tirara de ellas. -¡Ábranme! -rogó la niña.

Al oír sus gritos, todos los niños cesaron de danzar y rodearon la pequeña casita de cristal; pero nadie la supo abrir pese a sus esfuerzos.

Entonces vino el viento. Sacudió e hizo estremecer toda la casita de vidrio. Y, finalmente, hizo sencillamente: ¡Plaf!, golpeando con sus fuertes puños contra los cristales. ¡Oh, cuán alegre sonó! La casita de cristal quedó rota, y la pequeña prisionera salió de un brinco de su interior.

¡Qué maravilloso era el aire allí afuera! ¡Y cuán grande y amplio era el mundo! Allí se podía danzar. Las hojas danzaban, los niños danzaban. Los delantales y las faldas y las cabelleras danzaban, y, más alegre que ninguno, danzaba también el corazón de la niña. El viento silbaba una cancioncilla, y los niños gritaban jubilosos de alegría.

De repente apareció la madre. Al ver a la niña fuera de la casita, juntando las manos derramó grandes lágrimas. Temía que ahora se enfermara la delicada niña... y moriría. Pero la niña no se puso enferma ni tuvo tampoco que morir. Sus mejillas se colorearon, brillaron más claros sus ojos, y toda ella floreció y se hizo cada día más bella.

-¡Jujui! -rió el duendecillo, mientras la madre recogía los pedacitos de cristal. Luego saltó a horcajadas sobre el viento, y éste se lo llevó consigo. Adónde? Esto no lo he sabido nunca, pues en su gran prisa se le olvidó contármelo."

Autor Desconocido

miércoles, 12 de octubre de 2011

La Carreta Vacía

Caminaba despacio con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó: "Además del canto de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?". Agucé el oído y le respondí: "Oigo el ruido de una carreta". "Eso es —dijo mi padre—, una carreta, pero una carreta vacía". Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la hemos visto?". 

Entonces mi padre respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". 

Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación, siendo inoportuna o arrogante, presumiendo de lo que tiene o de lo que es, mostrándose prepotente o menospreciando a los demás, tengo la impresión de oír de nuevo la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace callar a nuestras virtudes y permite a los demás descubrirlas, y nadie está mas vacío que quien está lleno de sí mismo.

Autor Desconocido

domingo, 9 de octubre de 2011

Tren del Cielo

Viajo por las nubes
voy llevando mi canción
vuelo por los cielos
con las alas de mi corazón
Déjame que llegue
que me esta llamando el sol
vuelan los que pueden volar con la imaginación

Voy, voy llegando al sol
ven, que nos lleva el viento
ahora voy, llevo mi emoción
Voy, por el tren del cielo

Voy por la montaña
hasta que me abrace el mar
por la Pachamama
que nos da la libertad
voy por los caminos
que nos llevan a la verdad
la senda del indio
para toda la humanidad

Voy, voy llegando al sol
ven, que nos lleva el viento
ahora voy, llevo mi emoción
Voy, por el tren del cielo.

Soledad Pastorutti

viernes, 7 de octubre de 2011

Mis Ángeles

Aunque nunca lo dije quiero decirlo ahora.
- hay palabras que rompen el agua del encanto -
yo tengo al lado mio, cerca de mí, en mí mismo
ángeles que vigilan mis sueños extasiados
miran mi pensamiento más lejano lo mismo
que el pedrusco en el agua serena del remanso.
En mis palabras se les siente el vuelo
y, otras veces, las alas en mis manos.
Si no fuera por ellos es sabido
que yo no habría regresado
a compartir tu vuelo y a suavizar tu garra
hermana mariposa, lobo hermano
¿En donde canta ahora tu alegría,
compañera? Hoy están mis ángeles llorando.

Juan Guzmán Cruchaga

jueves, 6 de octubre de 2011

Inmortalidad del Cangrejo

El más profundo problema:
el de la inmortalidad
del cangrejo, que tiene alma,
una almita de verdad.

Que si el cangrejo se muere
todo en su totalidad
con él nos morimos todos
por toda la eternidad.

Miguel de Unamuno

domingo, 2 de octubre de 2011

Estaciones

Calle arriba, camine tranquilo
al encuentro de un invierno frío
que deje pasar.

Al doblar la esquina y en la acera,
di de bruces con la primavera,
no la vi llegar.

Un verano sin excusa
en otoño me olvido la musa
me dejó marchar.

Me dormí en las estaciones
y ahora el tren parado por vacaciones
no quiere arrancar.

El silbato es la esperanza nueva
y por fin los campos ahí afuera,
van quedando atrás.

Ya se acerca la estación nevada
bajo y cumplo años de pasada
y una estrella mas.

Se dibujan los colores,
vivos en la magia de las flores
en la luz vital.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por esto vivo el día,
día simple, día claro,
vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me han enseñado
que con hoy es suficiente.

Calle arriba, camine tranquilo
al encuentro de un soñado estío
que hubo que pasar.

Al doblar la esquina en la primera
el otoño me enseño quien era
me invito a pensar.

Se dibujan los colores,
vivos en la magia de las flores
en la luz vital.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por eso vivo el día
día simple día claro
vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente
y mañana es demasiado.

Y por esto vivo el día
día simple, día claro.
Vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente
y mañana es demasiado.

Antonio Vega