sábado, 17 de noviembre de 2012

El Elfo Bri

La noche sembró rocío por los campos. Cuando salió el sol, las gotas de rocío lanzaron chispas de colores. La que brilló más se convirtió en el elfo Bri. Como tenía alas y luz, voló buscando amigos.
- ¿Quieres volar conmigo? - preguntó a un gusano.
- Ahora no, cuando sea mariposa - contestó.

Bri aleteó hacia donde brillaban unos ojos negros:
- ¿Quieres volar conmigo?
- No me gusta volar - contesto con voz ronca.

Apareció una figura igual a un corcho de botella:
- ¿Ves? No tengo alas, pero doy grandes slatos, me llamo Groso y soy un brujo del bosque.
- Tú saltas y yo vuelo, ¡Seamos amigos! - gritó Bri.
- No creo, tu luz hace que me duelan los ojos - contestó el brujo y desapareció echando humo por la coronilla.

Llegó la noche y Bri se paró en una ramita: "Es difícil encontrar un amigo" - Suspiró. De pronto, vio que venía hacia él una luz verdosa y voló hacia ella.
- ¿Eres un elfo? - preguntó Bri.
- ¿Eres una luciérnaga? - preguntó la otra.

No, no eran parientes, así que se alejaron como estrellas equivocadas.

Más allá se detuvieron, se miraron otra vez y pensaron: "No somos iguales, pero nos parecemos". Entonces, volvieron a acercarse tímidamente. La luciérnaga estiró una antena y Bri una mano y se tocaron.
- ¡Podemos ser amigos! - exclamaron contentos.

Y volaron por el bosque brillando como estrellas hermanas.

Alicia Morel

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