martes, 18 de octubre de 2011

El Príncipe y el Diamante

Un príncipe poseía un magnífico diamante, del que estaba muy orgulloso.

Un día, en un accidente, la piedra preciosa quedó totalmente rayada. Este hecho entristeció al príncipe, y decidió poner todo su empeño en conseguir que el diamante volviera a ser lo que había sido.

Para ello, convocó a los más hábiles especialistas con el fin de que la joya recuperase su estado original.

Pero, a pesar de todos los esfuerzos no pudieron borrar ni tapar la raya.Apareció entonces un genial lapidario. Con arte y paciencia talló en el diamante una magnífica rosa y fue lo suficientemente hábil para hacer del arañazo el tallo mismo de la rosa... de tal manera que la piedra preciosa apareció, después, mucho más bella que antes.

Autor Desconocido

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Mi pregunta es: ¿cuántas veces hemos querido hacer desaparecer algún "arañazo" y no optamos por hacer de este "arañazo" una hermosa obra de arte... con ingenio y habilidad?

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