miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fortuna

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero al que le dijo: “Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tú me hicieras el favor”. A lo que el zapatero le respondió: “Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar”. Dios le dijo: “Yo puedo darte todo aquello que tú necesites". "Tú podrías darme un millón de dólares para que yo fuera feliz?". "Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas". A lo que el zapatero le respondió: "Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar sólo”. "Puedo darte,- continuaba el Señor-, cien millones de dólares a cambio de tus brazos". El zapatero, inquieto le dijo: "Qué puedo hacer yo con cien millones de dólares si no voy a poder comer solo?”. El Señor le hizo la última tentativa al zapatero: "Te voy a dar mil millones de dólares a cambio de tus ojos". El zapatero, asustado ante el mendigo le respondió: “Qué hago yo con mil millones de dólares si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos". El señor le dijo: “Ah!, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta!"

Autor Desconocido

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